Toc, toc, toc ¿Se puede?

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¡Ojo! No es obligatorio experimentar fantasías, si las haces es porque a ti te apetece.
Juguetes sexuales, experimenta con posturas, disfruta de tus orgasmos (y los de tu pareja) y descubre nuevas prácticas pero solo si tú quieres hacerlo. Compartir con tu pareja las fantasías sexuales puede ser maravilloso, pero es fundamental que tu te sientas cómoda. Si lo estás... adelante.
Y ni se te ocurra contárselo a tu amigo especial, que lo vaya descubriendo, en la biblioteca, en casa buscando un libro oculto o esperar a que estéis en un sitio concurrido donde no tenga, mucho margen de acción. ¡Eso sí! elige bien la ropa que eliges para embarcarte en esta nueva aventura, nada mejor que una falda o un vestido ligerito, de esos (mete-mano). ;)
Una vuelta de tuerca más, cuéntaselo a tu pareja (se lo puedes avisar con antelación o esperar a que estéis en un sitio concurrido donde no tenga, a priori, mucho margen de acción).
Enséñale las braguitas en el cuenco de la mano en medio de una comida en un restaurante, con o sin compañeros de trabajo o amigos ...
¡Eso sí! Cuidado con la ropa que eliges para ir en comando -nada como una falda o un vestido ligerito-.
Opciones las hay para todos los gustos (y atrevimientos): por ejemplo un aparcamiento poco transitado para los más tradicionales, playa para los intermedios y salas de cine para los avanzados.
Es una de las fantasías más comunes -y requiere cuidado extra (no olvides jamás protegerte)-; desde un bar una noche cualquiera hasta los locales creados a tal efecto pasando por las apps actuales.
No pasa nada por esas risillas que se te escapan al principio. De hecho ¡se trata de pasarlo bien! Hasta donde lleguéis con la conversación... depende sólo de vosotros.
Esto tiene que ser divertido, no convertirse en un quedradero de cabeza. Así que hazlo solo si confías plenamente en la otra persona; recuerda que no es necesario conservarlo y podéis eliminar todas las pruebas una vez terminada la faena.
Si a los dos os hace sentir bien, podéis usar fustas o cuerdas. Pero lo que es imprescindible es la actitud. Créetelo y funcionará.
Suelta las riendas... y déjate hacer. Confía. Establece los límites que consideres necesarios y con los que tú te sientas cómoda. La clave de esta práctica es la comunicación.
¿Y si fingís que sois dos desconocidos? Probad con la situación que más os estimule; profesiones, fetiches... todo lo que acordéis vale. Cuanto más os metáis en el papel más intensa resultará la experiencia.
Cómo te sientes, lo que te gustaría que te hiciera y lo que esperas hacerle tú. ¡Y escucha lo que tu pareja tiene que decirte también! No solo aumentará su libido sino que tú obtendrás una valiosa información.
No dejarse vencer por la rutina y el cansancio diario y probar cosas nuevas sin esperar a que lleguen fechas señaladas. Si quieres que la noche (o el día) sea especial... simplemente hazlo.