Cuando aquella tarde, mi abuelo me llamó a la habitación, me temía lo peor, me entregó un delgado paquete marrón oscuro, de viejo cartón, y me dijo:
-Eso es todo.....
Al cabo de unos dias, lloré su muerte, mis hermanos habían recibido sus herencias respectivas, un reloj de cadena de oro macizo, unas tierras de cultivo y la antigua vivienda ..... y yo, mi vieja caja de cartón, que llevaba siempre agarrada bajo el brazo, era como un legado que le recordaba, de modo que mis hermanos me miraban de reojo con aires de suficiencia.
La caja, contenía tres camisas muy poco usadas, sin cuello, como las que se llevaban antes, sus colores eran preciosos, sus diseños artesanales de combinaciones preciosas, me gustaba mirar sus cenefas, sus costuras perfectas, sus dibujos, no se llevaban este tipo de camisas ahora, yo creo que serían aproximadamente de 1955 como poco, pero parecían autenticas obras de arte, mi abuelo era un gran viajero, curioso e indagador y le encantaba presumir de ropa.
En cierta ocasión, me invitaron a una fiesta y como no tenía ropa apropiada, decidí recurrir a la originalidad de una de esas camisas, me quedaba perfecta como hecha a medida, al no tener cuello, quedaba muy original y por no querer ponerme una corbata, pués la abotoné hasta el cuello.
En la fiesta, apareció Juani, una chica que siempre me había gustado, una mujer de dificil acceso, trabajaba de modelo de cara, para unos cosméticos (que no diré), su cuerpo acompañaba a su cara, sus curvas eran armónicas como si estuviera diseñada para gustar, pero era ese el problema, a todos mis amigos sin excepción les gustaba, era dificil hablar
con ella, sin que apareciera un moscón, por lo tanto ella solía elegir con quien estaba,
ultimamente tonteaba con un portero de balonmano, un hombre rubio, muy fuerte de pelo rizado, bastante atractivo, por lo que el asunto estaba descartado.
Como no podía ser de otra forma al acabar la cena, fuimos a 'Can Grapas' un local, en el que
rodeando una pequeña pista de baile de 2 metros, unas tribunas de madera muy estrechas e incomodísimas permitían oir música, el dueño está loco por la música, allí el equipo musical es excelente, la musica hace retumbar el cuerpo, haciendo facil moverse con el ritmo, no hay luz ambiente para distinguir las caras, pero un haz de luz de neón violeta resalta todos los colores blancos.....
Me quedé atónito, dicha luz en combinación con los diseños de mi camisa, creaban un arco
iriscente que rebotaba en toda la sala, paredes incluidas, debía estar cosida con algún tipo de hilo de algún metal exótico, con algún tinte especial, de modo que al moverme los efectos se multiplicaban, cuando me senté noté todos los blancos de los ojos y sonrisas forzadas mirando en mi dirección.
Juani estaba delante, la pista de baile nos separaba, noté como sus blancos dientes empachados de luz violeta me miraron, pusieron algo de 'Reggae' y salí a bailar, allí la camisa volvió a hacer su efecto, cuando me di cuenta todos en el bar imitaban mis pasos inventados, como si yo fuera el director de una coreografía.....aquello se llenó de luces de colores y blancos cegadores.
El local estaba abarrotado de modo que salí a respirar aire puro, Juani estaba ahí como siempre rodeada de sus moscones, pero esta vez se acercó, inclinó sus manos hacia mi cuello y me desabrochó el botón del cuello muy suavemente, sonrió y me desabrochó otro botón...
-Te queda mejor así, no vuelvas a abrocharte hasta el cuello.
Quería sonreir pero no podía, se me paralizó el rostro, además todos los moscones como al unísono de desabrocharon sus botones del cuello, mirándome de reojo.
-¿Por qué no vienes mañana?. Me gustaría bailar contigo, no sé como lo has hecho pero no podía parar de mirarte.
-Bueno si quieres, podemos venir a la misma hora.
Al día siguiente, me estaba esperando sentada en un banco en la puerta del local, me tomó del brazo y no me dejó entrar.
-Paseemos un rato, me apetece hablar
Estaba muy receptiva, me cojía fuerte del antebrazo, entonces me explicó que tenía un problema, su cuerpo era fuera de lo común, era lo que vulgarmente se llama una 'tía buena', lo que le impedía conocer a la gente que le interesaba, solo conocía a gente que quería algo de ese cuerpo, había desnudado su interior, entonces comprendí que debía quitarme la camisa ......para estar los dos desnudos de alma.
Y pensé en la inteligencia de mi abuelo
-Eso es todo.....
Al cabo de unos dias, lloré su muerte, mis hermanos habían recibido sus herencias respectivas, un reloj de cadena de oro macizo, unas tierras de cultivo y la antigua vivienda ..... y yo, mi vieja caja de cartón, que llevaba siempre agarrada bajo el brazo, era como un legado que le recordaba, de modo que mis hermanos me miraban de reojo con aires de suficiencia.
La caja, contenía tres camisas muy poco usadas, sin cuello, como las que se llevaban antes, sus colores eran preciosos, sus diseños artesanales de combinaciones preciosas, me gustaba mirar sus cenefas, sus costuras perfectas, sus dibujos, no se llevaban este tipo de camisas ahora, yo creo que serían aproximadamente de 1955 como poco, pero parecían autenticas obras de arte, mi abuelo era un gran viajero, curioso e indagador y le encantaba presumir de ropa.
En cierta ocasión, me invitaron a una fiesta y como no tenía ropa apropiada, decidí recurrir a la originalidad de una de esas camisas, me quedaba perfecta como hecha a medida, al no tener cuello, quedaba muy original y por no querer ponerme una corbata, pués la abotoné hasta el cuello.
En la fiesta, apareció Juani, una chica que siempre me había gustado, una mujer de dificil acceso, trabajaba de modelo de cara, para unos cosméticos (que no diré), su cuerpo acompañaba a su cara, sus curvas eran armónicas como si estuviera diseñada para gustar, pero era ese el problema, a todos mis amigos sin excepción les gustaba, era dificil hablar
con ella, sin que apareciera un moscón, por lo tanto ella solía elegir con quien estaba,
ultimamente tonteaba con un portero de balonmano, un hombre rubio, muy fuerte de pelo rizado, bastante atractivo, por lo que el asunto estaba descartado.
Como no podía ser de otra forma al acabar la cena, fuimos a 'Can Grapas' un local, en el que
rodeando una pequeña pista de baile de 2 metros, unas tribunas de madera muy estrechas e incomodísimas permitían oir música, el dueño está loco por la música, allí el equipo musical es excelente, la musica hace retumbar el cuerpo, haciendo facil moverse con el ritmo, no hay luz ambiente para distinguir las caras, pero un haz de luz de neón violeta resalta todos los colores blancos.....
Me quedé atónito, dicha luz en combinación con los diseños de mi camisa, creaban un arco
iriscente que rebotaba en toda la sala, paredes incluidas, debía estar cosida con algún tipo de hilo de algún metal exótico, con algún tinte especial, de modo que al moverme los efectos se multiplicaban, cuando me senté noté todos los blancos de los ojos y sonrisas forzadas mirando en mi dirección.
Juani estaba delante, la pista de baile nos separaba, noté como sus blancos dientes empachados de luz violeta me miraron, pusieron algo de 'Reggae' y salí a bailar, allí la camisa volvió a hacer su efecto, cuando me di cuenta todos en el bar imitaban mis pasos inventados, como si yo fuera el director de una coreografía.....aquello se llenó de luces de colores y blancos cegadores.
El local estaba abarrotado de modo que salí a respirar aire puro, Juani estaba ahí como siempre rodeada de sus moscones, pero esta vez se acercó, inclinó sus manos hacia mi cuello y me desabrochó el botón del cuello muy suavemente, sonrió y me desabrochó otro botón...
-Te queda mejor así, no vuelvas a abrocharte hasta el cuello.
Quería sonreir pero no podía, se me paralizó el rostro, además todos los moscones como al unísono de desabrocharon sus botones del cuello, mirándome de reojo.
-¿Por qué no vienes mañana?. Me gustaría bailar contigo, no sé como lo has hecho pero no podía parar de mirarte.
-Bueno si quieres, podemos venir a la misma hora.
Al día siguiente, me estaba esperando sentada en un banco en la puerta del local, me tomó del brazo y no me dejó entrar.
-Paseemos un rato, me apetece hablar
Estaba muy receptiva, me cojía fuerte del antebrazo, entonces me explicó que tenía un problema, su cuerpo era fuera de lo común, era lo que vulgarmente se llama una 'tía buena', lo que le impedía conocer a la gente que le interesaba, solo conocía a gente que quería algo de ese cuerpo, había desnudado su interior, entonces comprendí que debía quitarme la camisa ......para estar los dos desnudos de alma.
Y pensé en la inteligencia de mi abuelo
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