Irrumpí de golpe, entrando por la inercia de mi entrada, en aquella desvencijada oficina de detectives, la puerta estaba abierta no había nadie, me acerqué lentamente al mostrador....
De repente como un resorte salió ella, su pelo rubio ligeramente alborotado y algún botón de su blusa desabrochado, estaba agachada y ahora me mostraba su cara predispuesta a escucharme, pero un momento .....
¿Qué es esto? ... Al principio no me fijé, pero ahora veo sus labios carmín llenos de un liquido espeso, blanco y con grumos, normalmente busco explicaciones lógicas para las cosas, pero que tuviera un palito de una piruleta entre los dientes me desconcertó por completo, ahora estaba preguntándome como se debía hacer "eso" con un palito de piruleta en la boca.
¿Acaso seria doloroso?, me prometí probarlo en alguna ocasión.
El caso es que presenté los papeles y pruebas de mi caso, colocándolas cuidadosamente encima de la mesa, de repente una de aquellas gotas blancas y densas calló sobre mi contrato, la chica aterrorizada se toco los labios, su cara se puso a competir con el carmín de los labios, hasta que estos parecían pálidos y para arreglarlo se puso a autolimpiarse con lametazos.
Naturalmente el resultado resultó grotesco, ahora toda la parte que rodeaba a sus hermosos labios, estaban llenos de aquellos grumos blancos y parte del mostrador (y mis papeles) estaban llenos de ese líquido. Desde luego la técnica del palito debía ser muy efectiva.
En aquel momento llegó una señora de mediana edad, vestida de negro, me miró aterrorizada, con mis dedos en la boca intenté explicarle que yo no tenia nada que ver y avancé hacia ella, en aquel momento gritó despavorida y empezó a gritarme llamándome pervertido y preguntándome si me creía que esta agencia era un PutiClub, no recuerdo nada más, parece ser que un golpe con un paraguas me desactivó el cerebro.....
Muy buenos días amigos visitantes:
Estoy desde un rato intentando tomar un yogurt en el trabajo. Digo intentando porque esta mañana se me ocurrió llevarme un yogurt y así poder desayunar algo, pero con las prisas me he olvidado llevarme una cucharilla. Así que me las he ingeniado para tomármelo sin cuchara, pero antes de eso hay que removerlo para que se vuelva líquido.
Pues bien, después de desechar cualquier tipo de objeto que pueda llevar gérmenes oficinescos (bolis, abrecartas..incluso un clip abierto) busco, busco y por mas que busco no encuentro nada que sirva lo mínimo para remover.
Ahora rebuscando en el bolso, he encontrado una piruleta que me regalaron ayer. No hay más que hablar. Al fin y al cabo, lleva palo. El yogurt es natural y a mí sin azúcar no me gusta, acabo de encontrar por los cajones de mi puesto un sobrecillo de azúcar, ¡¡viva!!
Problemas ...Ejem... el palo de la piruleta no llega hasta el fondo del envase por lo que remuevo el azúcar y está demasiado dulce por arriba. Seguro que por el fondo no me va a gustar.
Es verdad, no me gusta. Pero me lo bebo porque no tengo otra cosa. Nadie se ha dado cuenta, bien...
Imaginaros que ahora, mientras yo estoy aquí con mi yogurt y mi piruleta, en tal situación, apareciera un cliente. Espero que al menos, no me encontrara justo en el momento en que chupo el palito de la piruleta. Eso ya sería demasiado Bridget-Jones.
No he podido resistirme, y me he puesto a relamer el interior. Siempre lo hago con las natillas de chocolate. En este caso, me he pringado más que con las natillas....,me levanto sigilosa..., mirando de un lado a otro. De repente escucho:
- Sta.¿ Podía ayudarme?...
Diossssss, que bochorno. Le miré desconcertada. Su cara era un signo de interrogación.
Tierra trágame .... Pensé mirándole, e inmediatamente saqué el palito de la piruleta de los labios. El respondió a mi gesto con una expresión de sorpresa mientras gotas de yogurt caían esparcidas encima de sus papeles.
Me llevé la mano a los labios.... ohhhhhh , estaba empapada de yogurt. Para salir de aquella situación bochornosa, se me ocurre , nada más nada menos intentar limpiarlo con la lengua
¿En que estaría yo pensando, para hacer semejante estupidez?
Entonces el resto pasó en cuestión de segundos., Marta ( la jefa ) entró inesperadamente, abrió los ojos de par en par, sacó un paraguas que alguien había dejado olvidado en el paragüero hacía años, y le propinó tal golpe que el pobre hombre, solo tubo tiempo a llevarse las manos a la cabeza , mientras su cuerpo se desplomaba sobre el suelo.
La parte del relato femenina, se la debo a Amie puesto que al ser chica le dá más realismo a la situación ;-)
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