lunes, 8 de diciembre de 2008

Aleteo de una Mariposa Borracha

Ayer me emborraché..... Sí ayer, me emborraché.
Todo daba vueltas en mi alrededor inmediato. Me hacía tanta gracia que las paredes de mi habitación diesen vueltas, que decidí poner la música a todo volumen e intentar alcanzar las paredes con mis dedos.
Iba tan rápido que sin darme cuenta despegué.....
Durante el vuelo pensaba en cual sería mi destino.

Pero enseguida lo supe. Estaba en tu habitación, frente a tu cama, tu dormías tranquila. Incluso dormida eres insoportablemente preciosa.


En ese momento bendije a la luna, porque un rayo azulado me dejó ver solo tu cuerpo en aquella obscuridad, bendije a la oscuridad por no ser muy severa y dejarme ver tus labios inertes, reposando tranquilamente.
Pero al acercarme a besarte tropecé con la cama de mi habitación y caí. Con el mareo tuve que levantarme del suelo.

La lluvia al chocar con la ventana, repetía tu nombre, tan estrepitosamente, que se colaba en mi mente y junto con el alcohol golpeaba mi ya tocada cabeza. Me di cuenta de que algo sonaba mas alto que la música e incluso mas que la lluvia en la ventana. Eran mis lágrimas cayendo encima de las ya lloradas. Cuando el alcohol dejó de emborronar mis ojos, descubrí que en cada lágrima estabas tu dormida en tu cama, lo que hizo que se cerrase el círculo y que cayesen mas lágrimas.
Solo en mi habitación otra vez después del vuelo, con la mirada perdida en el lluvioso paisaje que puedo ver a través de la ventana, me siento incompleto.
Pienso en como me siento y me concentro en aquello que me falta, lo que me hace sentirme vivo.

Cierro los ojos y ahí estas, a mi lado.
Aún no puedo verte pero siento tu presencia, un agradable calor que me indica que estas conmigo.
Mis labios se fruncen en una sonrisa al captar tu perfume, cálido y suave. Inspiro profundamente intentando llenarme de ese aroma similar a la canela, ese perfume 'Anais' que tanto te gusta, que te acompaña.
Concentrándome un poco mas capto sutiles diferencias en el perfume que satura mi olfato... el olor suave y dulce de tu cuello, el atrayente aroma cálido de tu escote...
Mantengo los ojos cerrados, disfrutando de la sensación.
Escucho tu respiración.
Cerca, muy cerca.
La tentación de volverme es casi irresistible, pero me recreo en el limite, alargándolo lo más posible. Mi corazón comienza a acelerarse, siempre lo hace en estos momentos. Mi sonrisa se ensancha al comprobar que mi cuerpo me desobedece y se gira hacia ti, no puedo, ni quiero, detenerlo.
Ahora te siento aún mas cerca, enfrente de mí.
Tal vez nos separen unos centímetros, o quizá milímetros, no tengo forma de saberlo.
Siento como tu mano acaricia sutilmente mis labios, la sonrisa que tu me enseñaste a dibujar en mi rostro. Es un roce casi imperceptible, pero la sensación es poderosa.
Adelanto mis manos para acariciarte, me detengo a escasos milímetros de tu piel. No puedo verte, pero casi puedo sentirte.
Paladeo la anticipación que embarga a mi corazón, el deseo irrefrenable que tú alimentas. Cuando de nuevo mi cuerpo me vence por fin toco tu suave piel, tan dulce y delicada comparada con la mía.
Recorro con mis dedos la línea de la mandíbula mientras me imagino tus ojos azules casi transparentes, clavando la mirada en mis cerrados párpados. Tus manos tampoco están quietas, no pueden estarlo, y recorren suavemente mi rostro hasta entrelazarse en mi nuca. Me atraes hacia ti, y mientras lo haces mi corazón bombea aún a mas velocidad, me sumerjo en tu aroma, en tu tacto.
Nuestros labios por fin se tocan, la sensación mas dulce del mundo. La suavidad de tus labios buscando los míos me provoca una serie de descargas eléctricas imperceptibles que recorren mi columna.

La sensación es tan fuerte que mi respiración comienza a acelerarse. Mi lengua recorre tus labios y tú la permites entrar. Comienzas a acariciar mi lengua con la tuya y no puedo evitar que un jadeo se escape entre mis labios.
Mis manos recorren tu cadera y te acercan a mí, tu también me abrazas con fuerza mientras el beso continúa.

Mi mente se ve asaltada por un millar de sensaciones placenteras y el mundo desaparece, solo estamos tu y yo. Nos fundimos en uno, deseo que suceda. Por un momento formamos parte de un mismo ser, en cuerpos separados. Dos cuerpos unidos por un sentimiento mas fuerte que la razón. Presiento que has cerrado también los ojos, he podido notar el aire de tus pestañas, cerrando los párpados, disfrutando tanto como yo de las sensaciones que recorren tu cuerpo. El beso se va impregnando de pasión, tu corazón late a la par que el mío, tu respiración se hace mas fuerte y profunda.

Los dos nos separamos a la vez, sintiéndonos felices, amados. Tu abres tus ojos y los clavas de nuevo en mis cerrados párpados. Sonríes y mi corazón casi estalla de felicidad. Abro los ojos para mirarte, sentirte con el único sentido que aún no he empleado, tu frescor aun está en mis labios, tu tacto perdura en mis manos, tu respiración resuena en mis oídos y tu perfume aun me hechiza.

Abro los ojos para verte... y me encuentro de nuevo en mi habitación. Solo, pero feliz porque sé que no lo estaré siempre. Sé que cuando te vea, todo se hará realidad, que tu me amas tanto como yo te amo a ti.
Ayer me emborraché, pero fue de alcohol y no de tus besos.

Sonriendo, me aparto de la ventana, a escribir esto para ti.

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