lunes, 29 de septiembre de 2008

El Hombre de Caramelo



Ignoro completamente por que en la fábrica de caramelos, decidieron darme esa forma humana.

Solo me acuerdo del dolor que me produjo la amputación de uno de mis bracitos, mi dueña, la compradora, me pasaba la lengua distraidamente por todo el cuerpo, los brazos, la cabeza, los pies, yo me concentraba y extraía de mis entrañas el sabor a fresa, con todas mis buenas intenciones, que son las que caracterizan a un buen caramelo.

De repente se hinchó un pequeño bulto entre mis pequeñas piernas, aquella lengua deliciosa lo notó, e inundó de saliva toda la boca de modo que yo flotaba a la deriva en aquel fluido azucarado, pero esa protuberancia de caramelo se hinchaba más y más, aquella lengua se iba volviendo loca pasando por encima, zarandeándome de lado a lado, hasta que me di un golpe fatídico contra los dientes y se me quebró un bracito ya debilitado.

El bracito se deshizo en pocos minutos, fundiéndose en aquel líquido de fresa intensa.

Luego me dejaron encima de la mesa de mármol de una cafetería, desnudo, lleno de babas y fresa, sintiendo escalofríos hasta que al secarse la película viscosa que me envolvía, se transformó en caramelo pegajoso, de modo que quedé enganchado.

Un periódico encima de mi y las prisas de ir a no se donde, total que se olvidaron de mi, ahora estoy pegado a una mesa de mármol superfrío, y con mi único brazo no puedo despegarme.

Busco angustiosamente a mi dueña, solo se que ella mide 50 veces más que yo y su lengua sabe a fresa, pero por favor me gustaría que no comprase otro caramelo, que me fuese fiel, tampoco me seduce la idea de que me coma un niño, allá en la fábrica dicen que los niños y los hombres muerden a los caramelos, triturándolos, no tienen la paciencia necesaria, para deshacerse a lenguetazos.

Si alguien la ve, por favor, que se ponga en contacto conmigo y me ponga un comentario con su localización.

He sido perdido tontamente ..... me olvidaron, quizás no hice bien mi trabajo de caramelo, he sido lamido y olvidado y me siento muy triste.

Se ofrece una buena recompensa en azúcar y sabores, a quién me ofrezca pistas reales, más que nada es por el valor sentimental, no creo que pueda substituir a esa lengua, los hombres caramelo, también tenemos nuestras preferencias para ser comidos y nos gusta ser devorado siempre por la misma lengua.

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